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46 Con mucho miedo le suplicaban: «¡No nos trate como merece nuestra maldad! ¡Tenga piedad de nosotros!» 47 Simón los perdonó, y suspendió el ataque. Pero los expulsó de la ciudad y purificó las casas donde había encontrado ídolos. Luego entró a la ciudad, cantando y alabando a Dios, 48 y mandó sacar de la ciudad todo objeto prohibido por la ley de Dios. Sólo dejó allí a la gente que obedecía la ley de Dios. También hizo reforzar la muralla de la ciudad y mandó construir una casa para él.

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